
Los teatros griegos se construían al aire libre, en laderas o valles naturales y gozaban de una acústica excelente.
Los
dos géneros principales fueron la tragedia y la comedia, aunque esta
última se dividió en dos variantes: la comedia antigua y la nueva. El
término ‘’tragedia’’ deriva de la expresión griega tragos oide (‘’el
canto del macho cabría’’) que hacía referencia a los cantos de los
actores que intervenian, difrazados de faunos o sátiros, en la
conmemoración del entierro del dios Dionisio.
En
los teatros, como el de Epidauro (20.000 plazas) y el de Dionisio,
situado al pie de la acrópolis de Atenas, los espectadores eran
divididos en tres categorías: los sacerdotes, magistrados y estrategas
ocupaban los palcos de honor y las primeras filas; las intermedias
estaban reservadas para los ciudadanos y, por último, el resto de
asistentes, desde esclavos a extranjeros, ocupaban las gradas
superiores.
Los ciudadanos ricos (coregos) corrían con los gastos del espéctaculo, como la contratación de los miembros del coro (coreutas), pues lo consideraban un deber cívico y, además, la organización de espectáculos les proporcionaba el apoyo popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario