viernes, 12 de abril de 2013

El teatro griego

En el siglo V a.C. se produce un gran desarrollo del género dramático en la ciudad de Atenas. En ese momento, el teatro se separa de su origen religioso y se convierte en una institución del Estado que resulta necesaria para la educación y la enseñanza del pueblo.

Los teatros griegos se construían al aire libre, en laderas o valles naturales y gozaban de una acústica excelente.

Los dos géneros principales fueron la tragedia y la comedia, aunque esta última se dividió en dos variantes: la comedia antigua y la nueva. El término ‘’tragedia’’ deriva de la expresión griega tragos oide (‘’el canto del macho cabría’’) que hacía referencia a los cantos de los actores que intervenian, difrazados de faunos o sátiros, en la conmemoración del entierro del dios Dionisio.

En los teatros, como el de Epidauro (20.000 plazas) y el de Dionisio, situado al pie de la acrópolis de Atenas, los espectadores eran divididos en tres categorías: los sacerdotes, magistrados y estrategas ocupaban los palcos de honor y las primeras filas; las intermedias estaban reservadas para los ciudadanos y, por último, el resto de asistentes, desde esclavos a extranjeros, ocupaban las gradas superiores.

Los ciudadanos ricos (coregos) corrían con los gastos del espéctaculo, como la contratación de los miembros del coro (coreutas), pues lo consideraban un deber cívico y, además, la organización de espectáculos les proporcionaba el apoyo popular.

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